Los hematíes o glóbulos rojos tienen
forma de disco bicóncavo, son más gruesos en los bordes que en el centro. Los
hematíes normales recién el nombre de normocitos, y sus características
principales son:
- Diámetro celular: 6 – 8,4 μm.
- Volumen: 80 – 100 fl.
- Espesor: 2,2 μm en los bordes y 0,5 – 1,1 μm en el centro.
-
Vida media: 120 días.
-
Valores normales: 4,2 – 6 x 106
eritrocitos/mm3 de sangre.
Si
teñimos los hematíes con eosina podemos observarlos al microscopio con forma
redondeada, sin núcleo y de color rosáceo.
El
50% de su membrana citoplasmática está formada por lípidos dispuestos en doble
capa donde se insertan las moléculas de proteínas. Estas proteínas mantienen la
carga negativa en el exterior del hematíe, lo que le permite circular con
facilidad por el plasma e impiden que se unan unos a otros. También le dan al
hematíe, una gran capacidad de deformación y elasticidad, lo que le permite
atravesar las zonas de microcirculación sanguínea y el filtro esplénico (bazo),
y posteriormente volver a su forma original.
Su
citoplasma está compuesto por: agua, iones de sodio y potasio, glucosa,
hemoglobina, enzimas, …
La
hemoglobina es el componente
fundamental del hematíe, es esencial para que pueda captar y transportar el O2
y CO2.
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